El 45-68% de las personas con enfermedades de parkinson y más del 50% de las personas con esclerosis múltiple tienen caídas, mientras que las personas con ictus , entre 14-65% se caen durante su ingreso en el hospital y 37-73% durante los primeros 6 meses tras el ictus.
Me gustaría recomendar un artículo reciente sobre una revisión de las intervenciones de rehabilitación destinadas en mejorar el equilibrio en personas que han sufrido un ictus.
Dicho artículo agrupa las intervenciones como aquellas basadas en terapias físicas y en otros abordajes:
1. Abordajes de tratamiento basados en terapia del ejercicio:
– Entrenamiento en tareas repetitivas
– Ejercicios realizados por un cuidador
– Yoga
– Ejercicios a través del medio acuático
– Circuitos en sala para el control postural y equilibrio
– Entrenamiento de resistencia
El artículo indica que hay mejoras significativas en el equilibrio en :
• El entrenamiento en tareas repetitivas y la terapia basada en clase con circuitos
• El entrenamiento en resistencia , pero no el entrenamiento cardio-respiratorio tienen efectos significativos en el equilibrio
En cambio, el yoga y los ejercicios realizados a través del medio acuático no tienen cambios significativos en el equilibrio
En relación a otros abordajes basados en terapia física:
– Superficies de soporte inestables
– Plataformas móviles y biofeedback utilizando una plataforma de presiones
– Feedback visual utilizando una plataforma de presiones
– Ortesis de pie y tobillo
– Ejercicio cardio-vascular
– Entrenamiento del equilibrio
– Entrenamiento de la marcha asistida electromecánicamente
– Entrenamiento a través de un circuito
– Fuerza mixta
– Ejercicios cardio-respiratorios
– Practica de alta intensidad
– Rehabilitación del tronco utilizando superficies inestables
Se concluye que:
– La terapia física proporciona una gran mejora a través de las plataformas móviles y la mejora del biofeedback utilizando la plataforma de presiones.
– Caminar con una órtesis del tobillo y pie mejora la distribución durante la bipedestación, pero no mejora la oscilación postural.
– Hay una mejora del equilibrio después de realizar ejercicios cardio-vasculares
– Hay mejoras significativas en el equilibrio en sedestación y bipedestación tras el entrenamiento del equilibrio en sedestación, entrenamiento del equilibrio en diferentes actividades, entrenamiento de la marcha asistida electromecánicamente, entrenamiento de una clase de circuito, fuerza mixta y ejercicios cardio-respiratorios y practica de alta intensidad
– La rehabilitación del tronco utilizando superficies de apoyo inestables, muestran mejoras mayores en comparación con superficies de apoyo estables en el equilibrio en sedestación, pero no hay un consenso sobre si se aplica de la misma forma al equilibrio en bipedestación.
Pero no hay mejoras significativas en las plataformas de presiones con feedback visual o ejercicios basados en circuitos.
Terapeuta ocupacional, Fisioterapeuta especializada en neurorrehabilitación
cristinadediegoalonso@gmail.com
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